jueves, 24 de septiembre de 2009

La danza del fuego y la quema del muñeco que convocó a 18.000 personas

La participación de la población superó todas las previsiones y unos 18 mil asistentes la quema del muñeco se constituyó en un fenómeno de masas y popular que difícilmente encuentra similares, en poblaciones de la provincia y del país con la misma cantidad de habitantes que Colón y que transcurrió con pocos incidentes.
Para los que concurren todos los años la multitud superó ampliamente a la que se dio cita en las quemas llevadas a cabo todos los 20 de septiembre.

Debido a la creciente del río Uruguay, que ayer lamía la marca de los seis metros en la escala local, los predios del Bajo Termas, primero, y del Santiago Inkier, después, no pudieron se empleados y finalmente la Municipalidad de Colón debió autorizar por única vez la quema del muñeco en el Parque Escolar Dr. Herminio Quirós.

Desde la mañana del sábado el personal municipal que había transportado el muñeco primero hasta la zona del Inkier, debió conducirlo hasta el centro del Parque, donde a lo largo de la jornada, con la colaboración de la grua, fue montado, luciendo su sombrero y hasta la antorcha que se le incorporó este año.

Durante la jornada se completó el armado, el relleno con papel y cartón y se lo fijó para que el domingo por la noche resistiera el embate de cientos de antorchas que le arrojarían otros tantos integrantes de la promoción 2009 de Colón.

Los chicos se concentraron en la Plaza Jorge Washington, recibieron la bendición y marcharon por la 12 de Abril, cantando, confraternizando, y lamentablemente bebiendo sin control con unas mochilas que se "incorporaron" este año, de las que salían unas suertes de mangueras o conductos, similares a los que emplean los buzos para respirar o los pacientes asistidos en la respiración en los hospitales.

En el predio del Parque, donde los aguardaban unas 18 mil personas, una vez mas realizaron una ronda, una danza del fuego, con el mismo ritmo y color vital que en otras circunstancias inmortalizó en el lienzo Henri Mattisse en 1909 en su obra "la dance".

Como en un ritual milenario, que desde los tiempos inmemoriales realiza la humanidad, ya en su amanecer, los chicos de Colón rindieron a su manera tributo a la Primavera, por la regeneración, y quemaron , como se ha observado en otras ocasiones, también, la etapa de la adolescencia, del secundario, y para muchos de vecinos de Colón.

Conmovió el fervor, la danza del fuego, el enorme gigante primero desafiante, y finalmente abatido por las enormes lenguas de fuego y sobre todo la multitud pocas veces vista en la ciudad y seguramente en la provincia.

Lástima que nada puede ser perfecto, y ni los chicos, ni los adultos, sobre todo los familiares directos, por los que les compete, ni las autoridades, responsables de velar por su salud y por el cumplimiento de las leyes nacionales, se permitieron disfrutar de una fiesta sana, o al menos sino "seca", cuanto menos más moderada, menos regada el alcohol.

El comportamiento en lo que tiene que ver con peleas y violencia fue digno de felicitar este año. No así en materia de ingesta de alcohol, porque en tal aspecto, se tomó como nunca y como suele suceder, por responsabilidades compartidas.
Fuente El Entre Ríos

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